Tijarafe es el pueblo en el que nací, en el que me crié, del que me fui y al que decidí volver después de unos cuantos años. Tijarafe es el pueblo en el que he podido comenzar a desarrollarme como periodista. Pero, además, es también el lugar en el que he conseguido hacer de mi trabajo, mi vida.
Si de algo nos sentimos orgullosos los tijaraferos es, sin duda alguna, de nuestras tradiciones. Henchidos, allá a donde vamos, pregonamos a los cuatro vientos las costumbres, que nuestros padres y abuelos nos han contado. El problema de la transmisión oral es que los relatos se transforman y, en ocasiones, se desvirtúan. De ahí la necesidad de recolectar y plasmar en papel (o en versión digital, como ustedes prefieran) los testimonios de nuestros mayores, para poder seguir conservando de manera intacta o, al menos intentarlo, nuestras tradiciones.
Y aquí es donde mi profesión y la necesidad de recoger nuestras tradiciones se cruzan. El Ayuntamiento de Tijarafe, hace tan solo unos meses, se puso en contacto conmigo para encomendarme la difícil misión de crear de la nada la primera revista etnográfica de Tijarafe. Tres meses después de esa reunión,y tras una ardua labor de investigación y redacción, tengo el placer de presentarles el primer número de Memorias de Tijarafe.
Nacido ya este emocionante e ilusionante proyecto, ahora solo queda trabajar en las próximas ediciones. ¿Lo mejor de todo esto? Poder sentarme a escuchar a nuestros mayores e ir descubriendo a través de las fotografías cómo fue el Tijarafe de antaño, escribirlo en mi presente y que se perpetúe en el futuro. Darme el lujo de disfrutar de mi trabajo, hacer lo que verdaderamente me gusta y, por supuesto, conseguir dibujar una sonrisa en todos aquellos que ojean cada una de las palabras y fotografías que conforman Memorias de Tijarafe.
2 Comentarios
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Hola. Creo que tienes un vecino cerca que te puede contar muchísimas historias. Tiene bastantes años a la espalda pero una memoria increíble para acordarse de muchísimos detalles.
PD: Además seguro que con la visita te ofrecerá un bombón de chocolate. Jaja.
Hola, sé de qué vecino me hablas y sus palabras están recogidas en este primer número. Alguna que otra tarde me senté en la palmera con él y, si todo sale bien, esas tardes se volverán a repetir muy pronto.
Tendré que decirle lo del bombón jaja.
Un saludo.